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Efectos de la contaminación del aire sobre los materiales

Cada vez se está prestando más atención a los efectos que la contaminación atmosférica produce sobre los materiales, tanto por sus repercusiones económicas como por los daños irreparables que causa sobre objetos y monumentos de alto valor históricoartístico. Los contaminantes causan la sedimentación de partículas sobre la superficie de los materiales –afeando su aspecto externo– o los atacan químicamente al reaccionar con ellos.

El efecto más importante de los contaminantes atmosféricos sobre los materiales es la corrosión. Los óxidos de azufre (SOx) causan daños a muchos tipos de materiales, directa o indirectamente: además de la humedad y la temperatura, un alto contenido de SOx en el aire acelera la corrosión de metales como el acero al carbono, zinc, acero galvanizado, compuestos de cobre, níquel y aluminio. Específicamente, se han observado correlaciones entre tasas de corrosión en metales y concentraciones de SO2 en la atmósfera, con valores más altos en zonas industrializadas.

Otros materiales de composición carbonatada también se ven muy afectados por la presencia de SO2 según el siguiente proceso:

Imagen gráfica en la que se muestra cómo la contaminación asciende y con los agentes meteorológicos, desciende, dañando, entre otros materiales, al mármol, caliza o argamasa

Por otra parte, los compuestos de azufre pueden producir daños en otro tipo de materiales como pinturas plásticas, papel, fibras textiles y sobre los contactos eléctricos de los sistemas electrónicos, dando lugar a deficiencias en su funcionamiento. Los oxidantes fotoquímicos afectan sobre todo a los cauchos y elastómeros, en los que causan un rápido envejecimiento y agrietamiento. Finalmente, los óxidos de nitrógeno decoloran y estropean las fibras textiles y los nitratos aumentan la corrosión de las aleaciones de cuproníquel.

 

 

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