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Ozono troposférico (O3)

Las moléculas de este gas azulado y picante están formadas por tres átomos de oxígeno. Presenta dos propiedades que marcan sus interacciones con la vida de nuestro planeta: su fuerte absorción de la radiación ultravioleta y su gran poder oxidante.

La primera hace que su presencia en la estratosfera sea imprescindible como filtro para evitar que lleguen a la superficie del planeta altos niveles de radiación ultravioleta que resultarían catastróficos para todos los seres vivos. Por eso existen tantas campañas y esfuerzos para evitar el deterioro de la conocida «capa de ozono».

Sin embargo la segunda propiedad –su alto poder oxidante–, lo hace muy peligroso cuando aparece en la troposfera porque, en determinadas concentraciones, puede producir daños en nuestra salud, en la vegetación y en los materiales.

Animación variación diaria niveles de ozono

Por la noche el nivel de ozono es mínimo.

Por la mañana empieza la actividad y aumentan los contaminantes, entre los que están los precursores del ozono.

Con los rayos del sol, los precursores reaccionan formando ozono que se mantiene en el aire por la presencia de hidrocarburos.

Durante el día siguen las emisiones hasta que, en las horas de mayor insolación, el ozono llega a su valor máximo.

Por la tarde, de nuevo, disminuyen la radiación y los humos y los niveles van descendiendo, hasta llegar al mínimo durante la noche.

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